apostamos por el producto ecológico, pero el que llega de las pequeñas producciones agrícolas

Somos ecológicos, nos gusta cuidar de nuestro entorno y del planeta y siempre que podemos compramos alimentos ecológicos, pero no cualquiera, no, no. Solo aquellos que no proceden de grandes monocultivos que sobreexplotan la tierra.

Actuamos en conciencia porque sabemos que el buen ecológico también es bueno para el entorno y para el alimento.

En Fede Pacha & Co conocemos muy bien cómo trabajan la huerta los productores que nos dotan del alimento que luego transformamos en nuestra cocina. Porque les visitamos, sabemos cómo cuidan el terreno, sus animales… Y muchos de ellos, trabajan en ecológico.

Nosotros compramos alrededor de un 20% de alimentos ecológicos. Lo hacemos porque estamos concienciados con el planeta; es una cuestión de principios. Pero también de calidad del alimento y de otras muchas ventajas para la tierra y el entorno.

Al consumir alimentos ecológicos, sabemos que, al menos, ni la fruta ni la verdura, el cereal o el animal es transgénico, no han sido manipulados genéticamente y, por tanto, no son tóxicos para la salud.

Para la tierra todo son ventajas: las aguas no se contaminan, la tierra no se llena de pesticidas, van rotando los cultivos y se deja recuperar el terreno, no hay exceso de purines, los animales gozan de bienestar con espacio individual para ellos tanto en el interior como en el exterior, tienen una alimentación ecológica…

Así trabajan en ecológico los pequeños productores a los que les compramos. Pero estamos en contra de los grandes monocultivos ecológicos, que solo reproducen las pautas de la agricultura tradicional con la sobreexplotación de los terrenos.

En estos monocultivos, hay falta de variedad, no hay rotación de alimentos, ni épocas de barbecho, el suelo se desequilibra, consume los minerales de la tierra… Tarde o temprano, ese terreno va a necesitar de sustratos y alimento, es decir, de fertilizantes.

En países del Norte de Europa, como Finlandia o Dinamarca, toda su producción es ecológica, pero ellos no producen y tienen que recurrir a los países del sur como Grecia, Italia o España donde existen estos monocultivos.

Nosotros preferimos las pequeñas producciones ecológicas con las que trabajamos, que van rotando los cultivos, hay variedad y, por tanto, el suelo está más equilibrado. Y nos sentimos mucho mejor sabiendo lo que compramos y lo que vamos a ofrecer a nuestros comensales.

Es esta suma de principios la que forma nuestra filosofía, la de ser conscientes de que nos gusta cocinar y comer sabroso pero de forma sostenible y justa para la sociedad, el planeta y los pequeños productores.

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